viernes, 7 de agosto de 2015

"Todo saldrá bien" (Wim Wenders, 2015)

La vida del escritor Tomas Eldan (James Franco) cambia el día que, tras una acalorada discusión con su novia, atropella a un niño. Doce años después, Tomas sigue culpándose sin poder olvidar la tragedia. Aquel fatídico accidente afectó a Kate, la madre del niño, y todos los que rodean a Tomas, incluida su novia. 

La película de Wenderss transcurre en cuatro momentos: el inicial de arranque del filme, dos años después, cuatro años después y otros cuatro. Diez años, por lo tanto, transcurren desde que empieza la acción, y no es casual que se elijan cuatro momentos, puesto que ése es el número de veces que el protagonista se relaciona con cuatro personas diferentes: su primera novia, la madre que lee a Faulkner, su actual pareja y el hijo de la madre que leía a Faulkner. Todos ellos bajo un mismo denominador: la vida que reclama su sitio frente a la apatía del novelista. El éxito vibrante de sus libros, frente a la indolencia del narrador. Inepcia afectiva frente a talento creativo.

Una historia de traumas, psicología, fantasmas del pasado y liberación que no supone uno de los puntos culminantes en la carrera de Wenders pero que sí resulta un film con determinados aspectos por los que puede resultar interesante su visionado.


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