martes, 26 de marzo de 2019

Onyx, los reyes del grial (Roberto Girault, 2019)

Onyx, los reyes del grial (Roberto Girault, 2019)

por Adelaida Valcarce 


Una de las historias que se relacionan con el ciclo artúrico es la leyenda del Santo Grial. En dicho relato se ven personajes tan emblemáticos como el rey Arturo, Perceval, Gawain y el Rey Pescador, y la búsqueda de un tesoro con propiedades mágicas. Y no se trata de cualquier tesoro, sino del que ha suscitado más pesquisas sobre su realidad y ha gestado más leyendas. La búsqueda del Cáliz utilizado en la Última Cena por Cristo ha involucrado a templarios, cátaros y otros misterios medievales. No se puede negar que este conocido tesoro ha hundido sus cimientos en el imaginario común, hasta el punto que su historia ha saltado al mundo del celuloide con películas como Indiana Jones y la última Cruzada y El código da Vinci, entre otras, y a la serir que viene a añadirse con la cinta que se acaba de estrenar en las pantallas españolas, Onyx, los reyes del grial de Roberto Girault


Innegable es el atractivo de la historia como tambien son numerosos los candidatos a ser identificados como la copa de la última cena de Jesús donde dió por primera vez la Eucaristía antes de ser crucificado. La que siempre ha contado con más puntos de veracidad ha sido la copa guardada en la Catedral de valencia, hasta hace tres años. La estrella de la colegiata de San Isidoro, en León, ya no es su afamado panteón real, conocido como la capilla sixtina del románico por sus espectaculares murales. Le ha robado protagonismo el cáliz de doña Urraca, una enigmática joya de la orfebrería medieval que ha pasado de exhibirse en una vitrina con el resto del tesoro del museo a brillar en solitario. Esta apasionante investigación llevada a cabo por dos profesores universitarios es el germen de la pelicula. 

Tratada con rigor, entre el documental y la ficción, se mueve este interesante ejercicio con forma de thriller que interesa no solo por su forma, sino por su fondo: porque en Onyx no sólo se narran los hechos y casualidades que han llevado a la datación documental de la copa sino que nos da una lección de historia impagable por rigurosa sin dejar de lado el entretenimiento. ¡Bravo, Roberto!

viernes, 22 de marzo de 2019

Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019)

Dolor y gloria (Pedro Almodóvar, 2019)


Por Adelaida Valcarce 


Un fino hilo casi imperceptible une toda la filmografia de Pedro Almodóvar. Cada película tiene mucho de él y su mundo, de sus recuerdos en definitiva. La órbita cosmopolita de Madrid, se opone a esos pueblos de la España profunda, con personajes rudos, fuertes y sobre todo muy de verdad
Lo local sirve a Pedro para ahondar en los sentimientos que en Dolor y Gloria nos muestra como en ninguno de sus films. Nos encontramos ante un realizador menos provocador que antaño, deslizándose de la comedia al melodrama y mostrando de forma tajante su realidad, sus miedos, sus afectos y su interior. Lo hace como siempre sin renunciar a su cosmos, tan rico porque si hay un director que ha sabido hacer todo su cine reconocible es Almodóvar.

En Dolor y gloria, Salvador Mallo es un director muy reconocido  que  lleva años sin hacer peliculas. Vive una existencia marcada por sus males fisicos pero tambien por los males del alma. El detonante que inicia la accion es la restauracion de una de sus antiguas cintas y la idea de contactar con uno de los actores que alli actuaba y con el que lleva sin hablarse desde el rodaje.
A continuacion y mediante continuas ensoñaciones del pasado, van pasando distintos momentos clave del  Salvador niño, con la constante presencia de la madre y que han forjado lo que es en la actualidad

Dolor y gloria se centra en la necesidad de alcanzar cierta redención a través del arte y de la indisoluble unión de la propia vida y las pasiones formales que dan sentido a la vida de Mallo (un inspiradísimo Antonio Banderas). Es, por tanto, una magnífica encrucijada de auto-referencias, fragmentos que podríamos denominar retratos costumbristas y autoficción con abundantes meandros  que nos hacen entrar y salir del torrente narrativo principal, sin conseguir dilucidar nunca del todo qué separa la realidad de la ficción. En este aspecto, podríamos decir que en  en la película es fácil ver al Almodóvar más honesto y real de todas sus cintas pero sin resultar impúdico.

Probablemente nos encontramos ante una de las mejores cintas de la carrera de Pedro.  El manchego se mueve como pez en el agua a lo largo del metraje, contando esta historia con rasgos autobiográficos. Antonio Banderas da vida a un personaje a imagen y semejanza del realizador, con el recuerdo a su madre, interpretada por Penélope Cruz y Julieta Serrano en los distintos momentos de la acción.  Todas las actuaciones son sublimes y a ello se une  la presencia de otras grandes actuaciones como la de Asier Etxeandia. Actores con gran carrera profesional que se entremezclan con jóvenes artistas nuevos en una simbiosis perfecta.

El realizador continúa con su exitosa y singular visión del cine, aportando una mayor austeridad, pero como un gran narrador que nos lleva por un viaje emocional a través de un guion y un montaje excepcionales. Almodóvar cura de esta manera sus viejas heridas, donde el dolor y la gloria han estado muy presentes, pero también el deseo.

Sólo una recomendación al espectador: disfrute de los pequeños detalles siempre tan cuidados por el director, vea lo que enmarca cada escena, sus fotos familiares, los cuadros que ama y decoran las estancias, los libros que aparecen en los encuadres y no están ahí  puestos al azar , y sobre todo la luz de la niñez, su sutileza y calidez sin dejar de ser luminosa. Estamos ante una obra maestra para disfrutar muchas veces. 

jueves, 14 de marzo de 2019

Beautiful Boy ( Felix Van Groeningen, 2019)

Beautiful Boy ( Felix Van Groeningen, 2019)


Beautiful Boy se presentó  en la 66 edición de la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián, y está dirigida por Felix Van Groeningen, realizador de las muy notables  Bélgica ( 2016) y sobre todo Alabama Monroe (2012).

La película narra una historia basada en el best seller de las memorias homónimas de David y Nick Sheff: Steve Carell y Timothée Chalamet encarnan a un padre y a su hijo, con una gran conexión, que deben enfrentar al monstruo de la adición, que pone a prueba permanente todo el amor que han construido juntos a lo largo de los años. David es un padre de familia cálido, entregado, que ha construido un paraíso para su familia. Pertenece a una clase acomodada. Todo se pone en peligro cuando su hijo adolescente, Nick, es devorado por la adición a diferentes sustancias. La droga toma el mando de sus vidas, no tiene limites y el joven entrará  desde entonces  en un vacío cíclico e insaciable que le arrastra al desastre.


El filme se sostiene en su reparto, Carell , Chalamet y Tierney dan un “tour de forcé” digno de estudio de personajes y se convierte en una lección  de interpretación , donde sus actuaciones son muy convincentes y emotivas, llegando a ser muy cercanas, pues los espectadores que sean padres se sentirán acongojados, y los que sean hijos, recibirán  un film muy reflexivo. Y es que la cinta no condena, no juzga… solo expone, y eso tiene sus pros y contras, aunque lo mejor de toda la propuesta  es la constatación  de que nada se puede hacer, si la persona afectada no se compromete a cambiar, y que cada decisión es personal a pesar de  que podría sonar a inhumana,  al no querer ayudar a alguien que no quiere ayuda. 


De los tres la menos protagonista es Maura Tierney. Tiene poco diálogo, pero el silencio en ella habla y mucho. Tiene una escena potentísima en el tramo final y consigue desde su posición secundaria darle el punto emotivo del que carecen en gran medida los personajes de sus dos compañeros de reparto.

El joven Timothée Chalamet  vuelve a brillar con luz propia. Si bien su papel no es tan disfrutable y redondo como el de Call me by your name (2017), sí que consigue despertar el sentimiento de desesperación y angustia. El torbellino emocional de su personaje, canalizado en las drogas, encuentra aquí su culminación . Especialmente bien en la parte final, su actuación flojea en un inicio más dubitativo donde su padre en la ficción le gana la partida.

Ese padre ficticio es Steve Carell, el auténtico protagonista de la película . Sí que exploramos el dolor del hijo, pero la cinta se centra mucho más en cómo la caída en desgracia de un hijo cambia radicalmente la vida de unos padres. Carell, que ya viene desde hace años demostrando su enorme potencial como actor, aquí se termina de reivindicar. Lo hace, además, al lado de dos grandes de la interpretación como Tierney y Chalamet, que si bien lo hacen de nota, no alcanzan a Steve Carell.

En definitiva,  posiblemente el filme podría haber sido más crudo, pero opta por centrarse en los sentimientos y no se trata de mostrar más miserias. Un film, en definitiva muy emotivo y lleno de matices.