jueves, 9 de julio de 2020

Under the skin (Jonathan Glazer, 2013)

Nos encontramos ante una de las cintas mas inmersivas de los últimos años, una película que es, entre otras muchas cosas, toda una experiencia sensorial. Under the Skin, del antiguamente realizador de videos musicales, Jonathan Glazer,  (en su haber se encuentras enigmáticos videos musicales para Blur o Radiohead), y que supuso una de las películas revelación de 2013, llega por fin a las pantallas españolas. En ella, Scarlett Johansson interpreta a un extraterrestre que adopta la forma de una mujer que vagabundea por Escocia en busca de la carne de hombres solitarios. Con una de las mejores bandas sonoras de los últimos tiempos, a cargo de Mica Levi, Under the Skin es una anti-película de extraterrestres, una película hipnótica, y un estudio sobre la naturaleza humana, la belleza y la progresiva humanización a través de la piedad por el diferente. 
Mientras muchos filmes pecan de explicar las cosas demasiado, ésta decide no explicar absolutamente nada. La trama obliga a su audiencia a ser activa, el espectador debe de ir dando sentido a las secuencias que se les van presentando. Es por eso que la película Under the Skin no funcionará con audiencias pasivas, no sirve con sentarse y verla, hay que sentarse, prestar atención y mientras la ves pensar y finalmente reflexionar. Si eres de los espectadores activos, la historia te atrapará irremediablemente, si no, odiarás el film. 

First Love (Takashk Mike, 2019)

Takashi Miike tiene acreditados más de cien trabajos como director y afronta 2020 como su cuarta década cámara en mano. Responsable de algunos de los momentos impactantes de nuestra memoria cinéfila, a la que llegó para quedarse con Audition a finales de los 90, presenta ahora First Love, un cuento de amor y yakuzas con todos los ingredientes para convencer a los espectadores. 
Un boxeador con serios problemas de salud y una joven destrozada por la droga y asediada por mafiosos, coincidirán en el momento oportuno en el sitio apropiado. El mismo sitio ideal que se volverá fatal para otros dos personajes que terminarán por hacer funcionar una mezcla explosiva llena de asesinatos, deudas pedientes y coincidencias azarosas. 

Con First Love, el realizador deja atrás los aspectos más experimentales y agresivos de sus historias algo más que habitual en su cinematografia para ofrecer el que bien podría ser su thriller más accesible para el gran público. Y lo hace sin perder su esencia como autor. A pesar de tener la sensación de que el director ha decidido marcarse un trabajo post-Tarantino tardío, a la manera del primer Guy Ritchie, consigue que en realidad no dejes de pensar en el Taranrino de Amor a quemarropa, concretamente
First Love es un disfrute para la vista y una fiesta para todos los amantes del thriller vengativo que convierte en héroes (o no) a personajes heróicos, gente debla calle que en circunstancias normales no se enfrentarían en ningún caso con el mal. Miike, además, equilibra la historia entre la química de dos protagonistas  y dos ambiciosos personajes del submundo del hampa japonés. Y la combinación es explosiva.

La maldición del guapo (Beda Docampo Feijóo, 2019)

Esta película trata sobre el vínculo perdido entre Humberto (Gonzalo de Castro), un estafador recién salido de prisión, y su hijo  (Juan Grandinetti) que trabaja en una joyería en Madrid y después de sufrir un importante robo acude a su padre buscano ayuda. 

Gonzalo de Casto realiza la interpretación de ese padre que quiere recuperar la relación con su hijo. Su actuación destila naturalidad y resulta muy divertido en las escenas que lo requieren. El feeling con Ginés García Millán, quien interpreta a un antiguo socio de estafas, traspasa la pantalla y aporta al film un toque buddy movie la mar de ameno. Algunos de sus diálogos recuerdan a parejas míticas como Walter Mathau y Jack Lemmon. Forman un dúo que bien podría protagonizar la segunda parte de esta historia. 

jueves, 2 de julio de 2020

Corpus Christi (Jan Komasa, 2019)



La vitalidad del cine polaco en los últimos años está fuera de toda duda y el realizador Jan Komasa es uno de sus alumnos aventajados.
El mayor aliado del director de Corpus Christi es su actor protagonista, Bartosz Bielenia, que suele trabajar en el circuito de teatro polaco independiente. Bielenia se sumerge en la psique de su personaje  muy complejo y expresa su lucha interna mediante crispación y miradas penetrantes. Su carisma en la pantalla es impresionante. 

La trama del film narra la historia de Daniel, de 20 años de edad, quien experimenta una transformación espiritual mientras vive en un Centro de Detención Juvenil católico  Cuando es, tras cumplir su pena, enviado a trabajar a un taller de carpintería en una pequeño pueblo, se hace cargo accidentalmente de la parroquia local. La llegada del joven predicador y su peculiar manera de desarrollar la actividad pastoral, calará hondo entre los habitantes de la parroquia que viven traumatizados por un accidente que provocó la muerte de 7 personas.
 La historia, basada en hechos reales y escrita por Mateusz Pacewicz, tiene la estructura efectiva de una road movie conmovedora y espiritual. El protagoniata consigue lo que desea pero debe sufrir las consecuencias. Cuanto más se compromete a guiar a su rebaño, más se sumerge en sus propias mentiras y las inversiones se hacen cada vez más altas. Sin embargo, no podemos afirmar si es un hombre reformado o sólo un embaucador que disfruta manipulando a las personas.
Investigar las estructuras sociales y la lucha de clases, buscando el equivalente secular de la congregación, la desconfianza a la autoridad y, por último pero no menos importante, el desdén teñido de empatía que siente hacia los marginados. El director polaco también muestra sus fortalezas en esta película: como siempre, consigue muy buenas interpretaciones de sus actores, y el trabajo junto al director de fotografía, Piotr Sobociński Jr