miércoles, 8 de agosto de 2018

Dos mujeres. Martín Provost. 2017



Dos  mujeres. Martín Provost. 2017


Una comadrona ( Catherine Frot) que ejerce en una pequeña maternidad de la región de París, está a punto de quedar desempleada al cerrar la misma. La única alternativa es trabajar en un gran hospital. Mientras ésto sucede, recibe la visita inesperada de la ex amante de su padre (Catherine Deneuve). Este reencuentro cambiará su vida para siempre.

Hasta aquí el argumento de "Dos mujeres" título más que afortunado al narrar el  devenir de dos personas corrientes con vidas paralelas hasta un momento dado y que divergen por culpa de la huida de una de ellas. Han pasado más  de 30 años y los resquemores, los interrogantes, los recuerdos felices, se mezclan con los malos entendidos y el resquemor.

¿Es la comadrona una cobarde o simplemente es una persona herida que rehúsa los placeres de la vida para no sufrir?, ¿ es la amante una persona infantil y descarada o se trata de alguien que ha tenido que reinventarse día a día para sobrevivir a salto de mata?

A estas preguntas da respuesta  el desarrollo del film de Martin Provost (Violette, 2013) pero con la particularidad de que cada visionado del mismo tendrá un distinto resultado. El mérito es del trabajo de las dos protagonistas, que dotan a sus intretaciones de múltiples matices, dando al espectador un verdadero recital de buen hacer ante la cámara.

Si las actrices son imprescindibles para la cinta, no hay desdeñar el trabajo del director de la misma,  que marca la pauta a Deneuve y Frot sin dejarse arrebatar el mando pero permitiendo fluir a ambas intérpretes.  El resultado es apabullante.

Es ésta una película para el deleite, de pequeñas cosas y detalles que disfrutará el espectador si no le puede la impaciencia; hay que dejar que las actrices vayan desnudando su alma poco a poco y nos dejen penetrar en su intimidad, en sus anhelos y en sus miedos.  Slow cine en definitiva muy recomendable en estos tiempos de prisas.