viernes, 13 de julio de 2018

Mary Shelley (Haifaa Al-Mansour. 2018)




Mary Shelley (Haifaa Al-Mansour. 2018)

por Adelaida Valcarce 


Hija del editor y filósofo William Godwin y de la escritora feminista Mary Wollstonecaft , relacionada desde la cuna con el ambiente cultural del Londres de principios del XIX, Mary Shelley alzó la voz en un mundo que coartaba la  libertad femenina hasta límites insospechados y que reducía a las mujeres al papel de cuidadoras del esposo y la prole.

Digna sucesora de su madre, Mary se rebeló como nadie ante la asfixiante sociedad británica  de su época. De todo ésto y de la deslumbrante génesis de Frankestein, trata la película de Haifaa Al-Mansour. La directora es la primera mujer que dirigió un film en Arabia Saudí (La bicicleta verde, 2012). 

Al-Mansour, con mano firme,  filma esta pelicula que bebe del mejor cine británico de biopics. 
El momento no puede ser más oportuno: se cumplen 200 años de la  edición del libro con el que ha pasado la autora al Olimpo de la literatura y corren tiempos de justa reivindicación del papel femenino en todas las artes a lo largo de la Historia (aún en cartel está la cinta que trata la figura de Lou Andreas Salomé, una personalidad imprescindible de la filosofía)

Elle Fanning (Super 8, The Neon Demon,  entre otros) da vida a la escritora imprimiendo al personaje la frescura de su juventud y recrea perfectamente la vida de tragedia que la autora padeció en la realidad, pues perdió 3 hijos,  vivió estrecheces sin fin, enviudo a los 24 años y no pudo vivir de la novela que la hace pasar a la posteridad. Pero la Mary del film es ingenua y soñadora. Imagina una vida féliz al lado del hombre que ama (el poeta Percy Shelley encarnado por Douglas Booth) y dedicados a la creacion, pero la realidad se impone y su relación dista de ser idílica, marcada por problemas económicos, relaciones adúlteras y manipulación emocional 

Capítulo aparte merece la recreación  de la reunión de la pareja Shelley con Lord Barón entre otros en el lago Lemán. Esos días se han visto más veces en la pantalla, basta con recordar Remando al viento por ejemplo (Gonzalo Suárez, 1988), pero nunca se había filmado desde la perspectiva de la autora, presa del insomnio y la depresión. 

Este es el mayor valor de la película, la visión exclusiva de Mary, no çomo una mera comparsa del resto de personajes, si no como voz única de su propia historia, hija de su tiémpo, madre que se culpabiliza de la muerte de sus hijos, y mujer en definitiva que busca su camino a pesar de los terribles peajes que conlleva.  

Sólo queda disfrutar de una película con una ambientación impecable y sentirse cómplice de esa joven escritora que aún desconoce su destino en la Historia. El resto es disfrutar y volver a leer la inmortal novela tras ver la película como homenaje a su autora, pilar indiscutible de la novela gótica y de ciencia ficción.

miércoles, 11 de julio de 2018

Happy End. Michael Haneke, 2017

Happy  End. Michael Haneke, 2017 

Por Adelaida Valcarce 



Una mujer adulta se prepara en el baño antes de dormir: se lava los dientes, se enjuaga, se da crema, hace pis, tira de la cadena y desaparece tras apagar la luz camino de la cama. Está cotidianeidad tan reiterada, de sobra conocida, es grabada por alguien al comienzo de la película . El director  no es otro que Michael Haneke y quiere hacernos partícipes de su voyerismo. No es la pŕimera vez que las imágenes captadas de forma casera fascinan al cineasta (El vídeo de Benny, 1992n) ni será la ultima. 

"Happy end", que muchos consideran menor en su filmografía, no es tal.  Presentada en el ultimo festival de Cannes, el film contiene todos los temas que obsesionan al cineasta y que tan magistralmente sabe llevar a la pantalla; está  la eterna descomposición de la alta burguesía, atrapada en sus depravaciones como si fuera víctima de sus propios abusos,  tambien hallamos la violencia a veces sin motivo aparente filmada siempre en plano largo, para que el espectador la sufra doblemente, al enmarcarla en su entorno y a la vez esforzarse por entenderla. También hay niños víctimas que serán verdugos y martillos para machacar a otros. Y también hay muerte, natural y provocada.

Y con este cóctel, Haneke se apoya en unos actores precisos como cirujanos que cortan sus personajes a la medida del director, como trajes guante: Jean Louis Trintignant (Amor, 2012),  Isabelle Hupper (La pianista, 2001), Franz Rogowski ( En tránsito,  2018) y sobre todo la casi debutante Fantine Harduin, entre otros. 

Y es que la trama no puede ser más sencilla. Una familía acomodada de Calais (lugar de paso, atestado de inmigrantes) vive ajena a la realidad que les rodea en plena decadencia económica y moral mientras intentan aparentar lo contrario. El patriarca, un anciano que sólo desea morir, convive con sus dos hijos, ambos con familias desestructuradas a pesar de su aparente normalidad.  Este escenario  se verá agitado con la llegada de una jovén miembro de la familia que viene a descomponer lo que con tanto trabajo se intenta mantener en pie.

Esto es Happy  end, un peldaño más en la magna filmografía de Michaél Haneke. Sólo queda paladearla  pausadamente, como  se degusta un manjar, pero, ojo,  lo que verán los espectadores en la pantalla es una delicatessen apta sólo para paladares resistentes. No les defraudará. 

La Sociedad literaria y el Pastel de piel de patata de Guernsey (Mike Newell, 2018)

La Sociedad literaria y el Pastel de piel de patata de
Guernsey
 (Mike Newell,  2018)


Por Adelaida Valcarce 


El film adapta una novela homónima de Mary Ann-Shaffer, un auténtico best seller en Gran Bretaña. La adaptación respecto a la novela es diferente ya que la obra literaria se basa en la correspondencia de los miembros de la sociedad con la escritora Juliet Ashton y en cambio la película explica una historia de relaciones que se establece a partir de estas cartas.

Podria calificarse como un drama histórico que ocurre durante la posguerra de la 2a Guerra Mundial y está dirigida por Mike Newell (La máscara de hierro, Harry Potter 4, Cuatro bodas y un funeral). Como curiosidad, el proyecto tuvo a Kenneth Branagh como posible candidato para llevar la obra a la gran pantalla.

Nos cuenta la historia de Juliet Ashton, una joven escritora que vive en Londres que empieza a intercambiar correspondencia con un grupo de personas que forman la Sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey, una isla que fue invadida por los nazis durante la contienda. Una vez los conoce, irá descubriendo el secreto que esconden entre todos.
El tema, un tanto lugubre, tiene unos acertados con toques de humor (que le sientan muy bien a la cinta) y que muestra un gran amor por la literatura. Porque éste el verdadero motor de la película , personas que se reúnen en una situación histórica muy difícil, la invasión de la isla del canal de la Mancha y los duros tiempos de la posguerra,,  en torno a un libro y a un pastel hecho con las mondas de las patatas, símbolo del hambre y las privaciones que padecen en su dia a dia.

Es muy entretenida y cuenta unos personajes muy entrañables que protagonizan escenas realmente cómicas. No espere el espectador situaciones desgarradas ni fuera de tono.
Los protagonistas del film ,Lily James (Orgullo y prejuicio y zombies)y Michiel Huisman (Juego de tronos ), cumplen perfectamente su cometido y dan un toque romántico con mucho encanto.  Sin embargo, la trama resulta un poco vaga pero el resultado es muy agradable de ver.

La adaptación al momento histórico es uno de los fuertes de este tipo de películas.  Hay que destacar la cuidada ambientación que juega sobre seguro. No es arriesgada. Conoces el final desde el comienzo pero eso no resta interés acerca de la trama que no deja de ser un placer literario en  imágenes.

El gran acierto del director es no haber perdido el espiritu de la novela en lo detallista y delicado, pero sin un ápice de sentimentalismos ñoños y fuera de tiempo. La pelicula  resulta ejemplar por el contrapunto de los aspectos más duros de una contienda y el destino de alguno de sus personajes, pero que viene suavizada por el tono campestre y humorístico de muchas de las anécdotas que en él se detallan.  Es un relato de fácil visionado, sin artilugios estilísticos ni de tramas enrevesadas y que nos hace apreciar el valor de una buena historia fuera de modas