martes, 2 de octubre de 2018

La sombra de la ley (Dani de la Torre, 2018)

La sombra de la ley (Dani de la Torre, 2018)


Por Adelaida Valcarce

España 1921. En la ciudad de Barcelona, enmarcada en los conocidos como años del plomo, se produce el asalto a un tren a fin de robar un arsenal de armas. Eran tiempos de matones y anarquistas que habían tomado las calles enfrentados ambos a una policia abiertamente corrupta. En este contexto llega Aníbal Uriarte (Luis Tosar) para integrarse con un grupo policial, compuesto entre otros por Ernesto Alterio (Días de fútbol, El otro lado de la cama) y Vicente Romero (Celda 211) , a fin de localizar el armamento sustraido. Con este arranque magníficamente ejecutado comienza La sombra de la ley dirigida por Dani de la Torre (El desconocido, 2015).

El gran mérito del film es intentar no hacer demasiada demagogia acerca de buenos y malos y mostrar con crudeza las fuerzas del orden corruptas, contrabando, prostitución. Cuanto más se acerca a los bajos fondos más creíble es la trama y más atrapa la atención del espectador. Muy ambiciosas son todas las escenas que tienen que ver con la vida en el cabaret, verdadero centro de poder y de diversión en aquellos días tal convulsos.

Sin embargo la ambiciosa propuesta del director se ve lastrada por la mezcla de géneros lo cual crea cierta confusión y desmerece el resultado. El thriller queda a veces adornado por un  exceso melodramático que aporta un toque de pesadumbre poco atractivo. Pero también hay que reconocer que era difícil hablar de tantos temas y hacerlo de forma precisa: la convulsa época pre dictadura de Primo de Rivera, el auge del anarquismo y la irrupción de incipientes reivindicaciones femeninas encarnadas en la joven a quien pone voz Michelle Jener (Tenemos que hablar, Julieta).

Donde la cinta es muy precisa es en el retrato de los bajos fondos de Barcelona de la época  y se nota que ha habido un estudio histórico riguroso para mostrarla como realmente era.

Técnicamente hay un cuidado muy minucioso en la recreación de la ciudad, con escenas muy interesantes sobre la vida urbana y esto es uno de las mejores bazas del film. Sabemos del uso digital de algunas escenas pero no por ello dejan de ser menos sorprendentes.

Y a ésto se une la impactante actuación  de Ernesto Alterio, dando vida a un agente apodado el tísico y el papel de Luis Tosar estudiadamente ambiguo. Pero quizá el personaje más repulsivo y atrayente a la vez es el del dueño del cabaret, Manolo Solo (Tarde para la ira, La isla mínima) verdadero jefe una mafia hispana que está perfectamente integrada en la vida de la ciudad.



Para finalizar, La Sombra de la Ley es una pelicula que entretiene y que hace disfrutar gracias  a su impactante montaje y a su maravillosa fotografía. Dará  momentos muy gratos y nos transportará a épocas pretéritas haciéndonos pasar un buen rato y, quien sabe, si nos impulsará  a leer acerca del momento histórico que retrata.

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