lunes, 18 de junio de 2018

Iceman, el hombre que salió del hielo (Félix Randau, 2017)

Iceman, el hombre que salió del hielo (Félix Randau, 2017)

Por Adelaida Valcarce 



Desde su descubrimiento fortuito  por dos escaladores en la frontera austro-italiana en 1991, Ötzti ha causado sensación en todo el mundo. La momia natural más antigua conocida ha atraído a admiradores y científicos que han examinado cada centímetro del cuerpo del "Hombre de los Hielos", desde las uñas de sus dedos hasta sus intestinos. Este habitante prehistorico de entre 40 y 50, de quien se piensa que fue asesinado hace aproximadamente 5.300 años en los Alpes de Ötztal, ha sido la inspiracion del director Felix Randau (The calling game,  2003) para la recreación de como fueron sus últimos dias.

En sus propias palabras, dice el realizador, “me fascinó la posibilidad de relatar la historia de un nativo europeo introduciendo elementos de ficción en un marco histórico lo más cercano posible a la realidad”.

En el neolítico, un clan cazador recolector se asienta a orillas de un arroyo en un valle de los Alpes. Su líder es Kelab, un convincente Jürgen Vogel, guardián del relicario Tineka. Un día, mientras Kelab está de caza, el pueblo sufre un ataque en el que los miembros de la tribu, incluidos la mujer y el hijo de Kelab, son masacrados brutalmente. El único superviviente es un bebé . Kelab, desgarrado por el dolor, sale en la persecución de los bandidos en busca de venganza con el niño entre sus brazos.



Por fidelidad al contexto histórico, los personajes del film gruñen en una variante arcaica del idioma rético, claramente indescifrable: una decisión que va en consonancia con la economía de gestos de una película que se alza sobre necesidades, pulsiones e instintos primarios, sin necesidad alguna de sofisticación ni matices lingüísticos para llevar al espectador a su terreno. La naturaleza majestuosa e implacable lleva a este hombre por parajes en busca de venganza, zarandeándolo sin piedad a su merced. A pesar de parecer muy lejano en el tiempo, el conflicto es atemporal reflexionando sobre la violencia que es lo único realmente útil en este espacio hostil.


Un acierto del film es haber contado con un amplio asesoramiento por científicos del Museo Arqueológico de South Tirol en Bolzano, Italia, donde se expone el cuerpo de Ötzi. Además Randau es etnólogo de formación,  lo cual nos indica lo cuidado que es el film en todos los aspectos

 Una aventura realmente espectacular, visualmente espléndida . Visceral y explosiva, con unas secuencias de acción muy logradas, con enfrentamientos de violencia explícita. Y una película de extraordinaria producción y localizaciones, en la que sientes el desamparo del ser humano. Poco importan los personajes pues todos son parecidos de aspecto (irreconocible Franco Nero) Lo unico que importa es la epopeya y la sensacion de ver un film muy interesante y válido históricamente hablando

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