domingo, 12 de enero de 2014

"Memoria de mis putas tristes" ( Henning Carlsen, 2011)

Una vez más ha sido imposible vislumbrar el mundo derivado de las novelas de Gabriel García Márquez en una película. Vaya por delante que Memoria de mis putas tristes tampoco es una de las obras capitales del premio Nobel, pero uno se lamenta del fallido resultado. Para todos los directores que han intentado recrear la atmósfera macondiana, se ha quedado todo en un intento.

Y no se trata de que los actores no estén bien, porque Emilio Echevarria es convincente en su papel, igual que Geraldine Chaplin en el suyo, pero subyace una falta de ese contenido mágico que envuelve los textos del escritor que es capaz de hacer creíble lo inverosímil.


Lo que muestra la película no es más que  unas bellas imágenes mientras el espectador asiste impasible a los devaneos y desvarios de un anciano enemigo del matrimonio. En el guion no aparece por ningún lado el perfil misógino que tenía en la novela ni tampoco la ternura que inspiraba el protagonista.








No hay comentarios:

Publicar un comentario