domingo, 21 de abril de 2019

Donbass (Sergei Loznitsa, 2018)

Donbass (Sergei Loznitsa, 2018)

por Adelaida Valcarce


En 2014 tuvo lugar una revolución en Ucrania que derrocó al Presidente pro-ruso Viktor Yanukovych y 
su gobierno después de meses de protestas en las calles, por sus políticas que alejaban al país de la
esfera de la Unión Europea. La respuesta de Rusia fue anexionarse la región de Crimea con el apoyo
de sectores de la población de la zona. A lo que siguió el comienzo de un conflicto armado entre el
gobierno ucraniano y las fuerzas separatistas de las autodeclaradas República Popular de Donetsk y
República Popular de Lugansk que sigue hasta nuestros días.

La cuenca del Donetsk, o Donbass, es una región histórica, cultural y económica del este de Ucrania.
La palabra «Donbass» es un acrónimo formado a partir de cuenca del rio Donetsk,  que discurre por su
territorio. La simple adopción de Donbass como íitulo de la película, sirve para saber de que parte está
el realizador. El film fué presentado en la sección Un Certain Regard en el último Festival de Cannes,
ganando el primero premio en la misma y y también en el Festival de Sevilla. 

La guerra abierta es el contexto que sirve de trasfondo a Donbass (Sergei Loznitsa). Una guerra que
apenas tiene visibilidad en los medios occidentales después de cuatro años y que tiene profundas
implicaciones respecto a la influencia y las ideas colonialistas y tácticas imperialistas de la actual Rusia,
que aquí se retrata a través de la recreación inspirada por vídeos domésticos reales de ciudadanos de
la zona.

La puesta en escena se basa en una serie de episodios interconectados entre si por algún personajes
siendo una crítica despiadada del dia a dia de la zona : La incautación de riqueza y posesiones para
ponerlos al servicio de la guerra, el robo de ayuda humanitaria, el delirante sistema burocrático y, sobre
todo, las tácticas de propaganda usadas para legitimar una lucha en la que incluso participan de forma
no oficial fuerzas militares rusas. Este aspecto de utilización de la televisión para manipular la opinión
pública sirve como crítica despiadada también a los colaboracionistas con la barbarie, a pesar de ser
civiles víctimas de toda la maquinaria creada para apelar a las emociones más viscerales de sus
compatriotas. Especialmente sobrecogedor es la escena del colaboracionista linchado por la multitud.

La película es un mosaico de lo peor del ser humano, de la falta de empatía con el prójimo y en
definitiva un documento imprescindible de la situación que se vive en la región: un cine combativo,
para espectadores curiosos del mundo que nos rodea y un grotesco espectáclo  que nos debe hacer
reflexionar sobre la actualidad 
internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario