Bosco es el hijo de un ministro imputado por corrupción, malversación de fondos públicos, blanqueos de capitales y varias decenas de delitos económicos. Selfie cuenta su historia desde que lo expulsan de su lujoso chalet en la Moraleja hasta que entra a pedir trabajo en la sede de Podemos, con sus angustias sentimentales y sus miserias.
La fórmula del film funciona como falso documental y es divertida, pero en su parte final parece que se pierde y no sabe cómo cerrar la historia. Esa falta de idea en el cierre unido a una representación de la izquierda muy ficticia y casi idílica (mucho más que la de la derecha) hace que nos distanciemos de ella. Crítica, fresca y divertida, aunque sin rumbo en su parte final. Recomendable, sobretodo en su parte inicial.
La película se ha estrenado el 23 de junio de 2017
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