Rodada en un único plano secuencia, el film tiene como escenario el famoso barrio berlinés de Kreuzberg. La cámara es testigo de todo lo que le pasa a la joven Victoria, una joven española de Berlín, durante dos horas de su vida: desde las cuatro de la mañana hasta las seis: desde que conoce a cuatro jóvenes para los que la noche acaba de empezar, y cómo en ese breve periodo de tiempo le suceden cosas que darán un giro total a su vida.
Sin cortes, en tiempo presente y con atmósferas inquietantes, Victoria nos lleva de viaje por un Berlín de borrachera, y la resaca se mantiene durante sus casi 140 minutos de cine moderno. De los interiores de una discoteca a la azotea de un edificio, el film recorre los bajos fondos urbanos y humanos. La protagonista (notable Laia Costa) lleva el éxito en su nombre, pero su periplo es más que accidentado. Desde la butaca, el espectador empatiza con la inocente Victoria y desea que salga sana y salva de tanto ajetreo. La inserción de momentos musicales que dejan en silencio-suspenso una historia donde prima el nervio aporta pequeños momentos de distensión dramática a esta montaña rusa de infortunios. También esconde una crítica social a la Alemania del clasismo, la delincuencia, los minijobs y la adicción a las drogas.
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