La película es un drama ácido que enfrenta los matices de la estructura social actual sin miedo a generar controversia. Guadagnino construye una obra redonda y compleja que explora la delgada línea entre responder por nuestros actos y la hipocresía que nos rodea.
El estilo visual y el tono de la película son innovadores y gratificantes, y aunque no siempre siguen una dirección clara, esto impulsa la obra a ser una amalgama de formas y filosofías en búsqueda de su estado natural. En conjunto, Caza de brujas es una película que enfrenta al espectador a un conflicto interno y lo invita a reflexionar sobre la verdadera malicia que nos rodea.
Cine para pensar y examinar nuestras posiciones
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