jueves, 14 de noviembre de 2024

Mond (Moon). Kurdwin Ayub. 2024

Tan solo dos años después de su enérgica ópera prima, Sonne, la joven cineasta kurda afincada en Viena, Kurdwin Ayub ha presentado otra historia sobre una chica rebelde, esta vez ambientada en Austria y Jordania. Una vez más, los dispositivos electrónicos (esta vez utilizados principalmente como herramientas de liberación) desempeñan un papel crucial en la trama, mientras que los saltos entre las distintas realidades son bastante físicos. Como era de esperar, habiendo transcurrido tan poco tiempo desde el primer largometraje de Ayub, este segundo trabajo no está tan pulido, pero no deja de ser intrigante por su tensa narrativa y su orientación hacia un público más amplio gracias a una trama sencilla con toques de thriller. Mond (Moon) celebró tuvo su estreno mundial en la competición internacional del 77.º Festival de Locarno y fué uno de los ocho títulos de la sección dirigidos por mujeres. Ahora llega a España gracias al Festival de cine por mujeres 2024

Sarah (interpretada por Florentina Holzinger), una ex deportista de artes marciales, tiene dificultades para llegar a fin de mes como entrenadora, algo que su hermana mayor le recuerda constantemente. Un día, de forma inesperada, aparece una oferta de trabajo como entrenadora personal en Amán, que Sarah acepta sin pensarlo. Se marcha a Jordania, a pesar de las advertencias de sus amigos, disfrazadas de bromas desagradables sobre un posible choque cultural. Contratada por el heredero de una familia rica para entrenar a sus tres hermanas adolescentes, Sarah es recibida en una casa lujosa pero lúgubre, donde empieza a impartir clases en el sótano. Sin embargo, las chicas no parecen demasiado motivadas,



A pesar de esta situación en la que Sarah, una mujer independiente de un país liberal, parece estar en condiciones de ayudar a las tres hermanas a salir de su prisión, la realidad es que la propia Sarah también está encerrada. Se siente atrapada en un bucle constante entre su hotel de Amán y la fantasmagórica casa de las chicas, sin perspectivas de futuro. Además, los secretos familiares se van abriendo paso.

Además del tema central de la libertad femenina, la historia presenta una intrigante dimensión social, quizá reflejada involuntariamente por Ayub. Sintiéndose perdida e insegura tras el final de su fulgurante carrera en las artes marciales, en un país supuestamente protegido socialmente como Austria, Sarah toma la impulsiva decisión de aceptar una dudosa propuesta de trabajo en el extranjero. Prácticamente emigra a Oriente Medio y acaba como algo parecido a una “au pair”, un tipo de trabajo que solemos asociar a los orientales que trabajan en Occidente, y no al revés. En este sentido, Mond también aborda la dinámica económica del cambiante contexto geopolítico mundial, ampliando el alcance de la película más allá del entorno inmediato que describe.

En definitiva, cine con mayúsculas que nos acerca a realidades menos conocidas y que nos situa en el mundo femenino más allá de nuestro entorno.

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