Con unos planos de belleza espectacular y unos actores en estado de gracia física y actoral, Guiraudie nos coloca en un mundo aparte y desconocido, como si se tratara del paisaje más normal y donde eternamente
el sol brilla y lo sórdido desaparece entre los juncos y árboles de este enigmático y a veces apocalíptico lago, dónde la vida se repite día a día de forma obstinada Lo descarnado y lo sexual aparece de una forma completamente natural como si conformara una pieza más de ese engranaje desconocido por imposible que es de conocer. Ese sol que siempre se vuelve a poner y ese verano que nunca más será el mismo. Thriller poético de interesantes propuestas para el espectador.
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